Pese a que la ciudad se encuentra en ruinas, su estado de conservación es más que aceptable, en comparación con otros restos ubicados por la península. Su visita proporciona una idea de cómo se desarrollaba la vida cotidiana en una ciudad de la antigüedad.
HISTORIA
Tras su conquista romana a principios del siglo II a. C., en las guerras celtíberas, Segóbriga debió de convertirse en un oppidum o ciudad celtibérica. Tras las guerras de Sertorio, entre los años 80 y a. C., pasó a ser el centro de toda esa parte de la Meseta, con el control de un amplio territorio.
En tiempos de Augusto, alrededor del año 12 a.C . dejó de ser ciudad estipendiaria, que pagaba tributo a Roma, y se convirtió en municipium, ciudad gobernada por ciudadanos romanos, creciendo el estatus de la ciudad notablemente, lo que llevó a su auge económico y a un gran programa de construcciones monumentales que debió de finalizar en época flavia, hacia el 80, al que se deben los edificios públicos de ocio y la muralla que hoy se pueden admirar.
La ciudad fue un importante centro de comunicaciones. De esta época también es la emisión de moneda en su ceca y la construcción de una parte de la muralla.
Al finalizar el mandato de Vespasiano la ciudad se encontraba en su punto más alto, habiéndose finalizado ya las obras del teatro y el anfiteatro, y encontrándose plenamente integrada social y económicamente en el Imperio romano.
TEATRO ROMANO DE SEGOBRIGA: donde siguen llevándose a cabo representaciones teatrales clásicas.
Los hallazgos arqueológicos indican que en el siglo III aún existían en Segóbriga importantes élites que vivían en la ciudad, pero en el siglo IV ya se encuentran abandonados sus principales monumentos, prueba de su inexorable decadencia y de su progresiva conversión en un centro rural.
En época visigoda, a partir del siglo V, todavía debía de ser una ciudad importante, pues se conocen restos de varias basílicas y de una extensa necrópolis (según hallazgos de 1760–1790), llegando sus obispos a acudir a diversos concilios de Toledo, concretamente al III Concilio de Toledo en el año 589, y el XVI Concilio de Toledo en el 693.
Su despoblación definitiva debió de iniciarse tras la invasión musulmana de la Península Ibérica, cuando sus obispos y élites gobernantes huyeron hacia el norte, buscando el amparo de los reinos cristianos, como se sabe que ocurrió en la vecina ciudad de Ercávica (Cañaveruelas, Cuenca). De estas fechas son los restos de una fortificación musulmana que ocupa la cumbre del cerro.
Tras la Reconquista, la población de los contornos se desplazó al actual pueblo de Saelices, situado 3 km más al norte, junto a la fuente que nutría el acueducto que había abastecido a la antigua ciudad de Segóbriga. Olvidado ya su nombre, la colina que ocupaba pasó a denominarse "Cabeza del Griego", con una pequeña población rural dependiente de la villa de Uclés, situada a sólo 10 km, llegando a usarse sillares extraídos de las ruinas para las construcción de su convento-fortaleza.
TERMAS ROMANAS
Desde entonces se acentuó su paulatino abandono hasta quedar sólo la pequeña ermita construida sobre las antiguas Termas Monumentales, último testimonio de la antigua ciudad conservado hasta la actualidad.
El paisaje del Parque Arqueológico de Segóbriga se encuentra amenazado por la próxima construcción de un parque eólico en sus cercanías, promovido por la empresa Energías Eólicas de Cuenca. El yacimiento será alterado con la instalación de 14 aerogeneradores de 121 metros de altura que afectarán también al Conjunto Histórico de Uclés. Este hecho ha propiciado la entrada del Parque Arqueológico de Segóbriga, junto con el Conjunto Histórico de Uclés en la Lista roja de patrimonio en peligro de la asociación para la defensa del patrimonio Hispania Nostra.[7]
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